Crítica a Francisca Blázquez

La ensoñación artística de Francisca Blázquez

La representación del concepto de Dimensionalismo que nos revela esta artista descoloca mágicamente al observador. Es como si le fuera sumamente espontáneo atravesar la frontera entre lo real y lo imaginario, la búsqueda de una unidad infinita en tiempo y espacio, representada magistralmente gracias a la utilización de un perfecto recurso de perspectiva, que le confiere a las figuras volúmenes imposibles. He aquí la grandeza de la obra de Francisca Blázquez, el punto de mira de cada lienzo está situado más allá de lo tangible. Lo complejo se nos presenta fácil de entender gracias a la claridad y precisión en sus trazos, la pulcritud del trabajo, la sutil elección del color, la perfecta delimitación de los distintos planos que conforman el conjunto, todo ello le otorgan a la muestra una profundidad que permite imaginar varios submundos en los que poder ceder sin pudor nuestros propios sentimientos.

Nos podemos situar dentro y fuera del lienzo. Directamente vemos, y hurgamos las representaciones, me atrevería a decir que penetramos en el cuadro y flotamos en el líquido amniótico de un arte puramente cósmico. Por ende, volvemos a sentir la ingravidez de lo etéreo. Su obra nos inquieta, nos hace conjeturar, sospechar, indagar, presentir una dimensión ansiada y desconocida, y sentimos el irrefutable deseo de participar en ella.

Una extensísima colección de estructuras geométricas tridimensionales de variada índole protagonizan cada uno de sus lienzos, unas veces en solitario, otras formando un conjunto de varios elementos que danzan marcando órbitas imaginarias, otras unidas por enlaces a modo de moléculas galácticas. Extensa variedad en cuanto a formas y también en cuanto a la gama de acrílicos utilizados. Francisca absorbe la energía que le confiere la fantasía y la creatividad que emanan de su ser para representar ambientes sobrios, sin adornos superfluos en ocasiones y en otras cargados de un irreprochable talante surrealista.

La línea de trabajo de Francisca Blázquez marca claramente un estilo, una tendencia, sustentada por los pilares de una amplia teoría susceptiva de enfoques alternativos. La artista ofrece al público su propuesta abierta a la receptividad del observador sin predisponernos algo concreto, a partir de esa idea, la riqueza de su planteamiento persuade nuestra consciencia para que sea el propio observador quien focalice en su obra el mundo que anhela.


Daniel Arenas Rodríguez
Director de Sala Aires/MACAM. Crítico de Arte Independiente